La perra más fea del mundo
Menores
«El Señor es, con los que lo honran, tan tierno como un padre con sus hijos; pues él sabe de qué estamos hechos: sabe bien que somos polvo.» (Salmo 103: 13-14).
CUANDO CONOCÍ al que hoy es mi esposo, él estaba estudiando en la universidad y, para ayudarse con los gastos de los estudios, tenía un pequeño restaurante vegetariano en su casa y rentaba habitaciones. En una de esas habitaciones, vivía un hombre mayor que, un día, se presentó en la casa con la perra más fea del mundo. Aquel animal era... imposible de clasificar. Parecía de color verde. Era una extraña criatura repleta de pulgas, garrapatas, sarna, qué sé yo. Cabía en el bolsillo de una camisa y yo la veía tan horripilante y mal formada que le tuve lástima desde el primer instante. Por eso comencé a bañarla con un gel que curaba la sarna. Con delicadeza le quité las garrapatas. La secaba y la abrigaba con ternura. Le di calor. Y poco a poco Lulú, que así se llamaba aquella perra feísima, fue cambiando por completo.
Su aspecto verde desapareció. De pronto, comenzó a nacerle un pelo dorado, hermoso. Un coqueto lunar le salió al lado del hocico y, como nunca le cortamos la colita ni las orejas, parecía más grande de lo que realmente era. Se veía bella. Un día por fin descubrimos de qué raza era Lulú. Por la manera en que la he descrito, ¿qué crees que era? Era una chihuahua. Aquel perro monstruoso se transformó con el tiempo en una linda perrita chihuahua, con un carácter noble y mucha elegancia en el porte. Lulú era todo amor, todo belleza, todo dulzura.
¿Qué hubiera sido de aquella pobre perra abandonada sino hubiera encontrado compasión en nosotros? Pues así como sucede con un animalito, sucede con las personas. Tus compañeritos, tus amigos, tus familiares y hermanos de iglesia, tú mismo, todos necesitamos compasión. Necesitamos que nos amen y nos traten bien, con cariño y respeto. Solo así podrá salir a flote toda nuestra belleza y nuestro verdadero potencial. ¿Qué te parece si hoy intentas tratar asía todo el mundo, lindo o feo, te caiga bien o te caiga mal? Si lo haces, le estarás ayudando a mejorar Y mejorarás tú también.