canaan | Radio Renacer tv

Siguenos en las Redes

Sígueme en YouTube Sígueme en Facebook Sígueme en Instagram Sígueme en WhatsApp Sígueme en TikTok  Sígueme en Twitter
>
Mostrando las entradas con la etiqueta canaan. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta canaan. Mostrar todas las entradas

miércoles, 3 de enero de 2018

La tierra de canaan

Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos (Números 13:1-2).

Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán. Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. (Números 13:25-33).

Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel, y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? (Números 14:6-11).

Reflexión: ¿Cómo vamos a enfrentar este nuevo año? ¿Qué actitud vamos a tener? Cada año, cada día en esta Tierra es una oportunidad más que nos da Dios, nuestro Padre quiere sacarnos de la tierra de sufrimiento, penuria y dolor en la que estamos, para llevarnos a la tierra de paz, de prosperidad, de amor, de sosiego, de fortaleza que nuestras vidas necesitan. Cada amanecer de este año y todos los años que nos permita Dios vivir, son como la tierra de Canaán; necesitamos  valor, fe, iniciativa y obediencia para entrar a la tierra que nuestro Padre nos ha prometido, pues en esa  tierra quizás encontremos gigantes que nos llenen de miedo, de duda y nos hagan desistir. Los doce espías vieron desde afuera cómo era la tierra de Canaán y vieron muchas cosas buenas, vieron una tierra próspera, pero diez de ellos prefirieron ver lo malo, dejar oscurecer esa oportunidad que Dios les presentaba, dejándose guiar por el miedo y las quejas, prefiriéndose quedar en su zona de confort por más mala que esta fuera, pero dos de los espías, Nun y Caleb, no cegaron sus ojos, decidieron ver lo bueno que Dios les estaba mostrando, decidieron observar las maravillas que tenían delante de sus ojos, porque las cosas buenas eran más poderosas que las cosas malas, porque ellos sabían que si Jehová estaba con ellos, no había gigante que pudiera vencerlos, tenían la plena confianza en Jehová, sabían que si Dios ya había estado con ellos y les había provisto de todo lo que habían necesitado en el desie

Patrocinado