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viernes, 13 de abril de 2018

Oración interrogativa

Oración interrogativa


 Diré a Dios: No me condenes: hazme entender por qué contiendes conmigo. Job 10:2.

¿Por qué piensas que por tus méritos te está yendo bien en la vida? 

Job no entendía por qué le estaban ocurriendo cantas desgracias. Pero sus amigos creían tener "toda la verdad" acerca de lo que le estaba pasando. Dios no pensaba como ellos (ver Job 38:2). No son pocos los creyentes que juzgan a otras personas diciendo "por algo le ocurre esto".

La doctrina del crimen y el castigo sostenida por los amigos de Job (Elifaz, Bildad, Zofar y Elio; ver los capítulos 4, 5. 8. 11, 32) tiene como contracara otra idea no menos venenosa: la de que nuestros méritos deben ser recompensados. En otras palabras, si "hacemos con sacrificio" lo que Dios pide, debemos esperar el premio. Así, la religión se convierte en un esfuerzo para acumular méritos de salvación, y terminamos dando las ofrendas en el templo como el pago de un impuesto para ganar el ciclo. Juzgamos a los demás con nuestra pequeña reglita: y nos sentimos satisfechos con nuestra propia justicia, disfrutamos cuando les va mal a quienes consideramos malos... y sufrimos cuando les va bien a los buenos. ¿No son estos los sentimientos que nos convierten en verdaderos impíos? Jesús dijo: "Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio (Mat. 9:13).

Hay muchos cristianos que no deberían ser tan "religiosos". El amor trasciende la religiosidad. Lo que realmente cuenta es estimar a una persona pura y simplemente por lo que es, no por lo que cree.

No es sabio esperar que nuestros méritos sean recompensados en esta Tierra. Este no es el sentido de nuestra vida. Jesús dijo: "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos" (Luc. 17:10). Pero enfocarnos en la gracia infinita de Dios, que se recibe por fe, se vive con gozo y se sostiene con la oración, le da brillo a la vida: "El alma que se vuelve a Dios en ferviente oración diaria para pedir ayuda, apoyo y poder tendrá aspiraciones nobles [...]. Al mantenernos en relación con Dios, podremos derramar sobre las personas que nos rodean la luz, la paz y la serenidad que imperan en nuestro corazón" (LO 83).

Oración: Señor, ayúdame a orar sin egoísmo. 
 

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