LOS APLAUSOS EN LA IGLESIA

LOS APLAUSOS EN LA IGLESIA

Muchos se preguntan del por qué no se aplaude en la Iglesia Adventista. Muchos reclaman de esto, hasta incluso escucho decir que hay Iglesias Adventistas que aplauden.

Quiero dejar primeramente en claro que aplaudir no es pecado, pero hay que saber dónde usar los aplausos y dentro del templo no es lo adecuado por cuestión de respeto y sobretodo REVERENCIA al Creador y Rey del universo.

Los aplausos tienen su lugar en la esfera secular. Se aplaude en los congresos legislativos, en la tribuna política, en un teatro, en un salón social. Se aplaude al orador, al cómico, al artista, al mago, al payaso. Pero el templo no es un lugar apropiado para aplaudir ni para recibir aplausos.

¿A quién aplauden los que ahora quieren aplaudir en los cultos? A los que actúan frente a ellos. Y esto puede conducirnos a que en el templo no se conceda a Dios el primer lugar, sino a los que reciben los aplausos de la congregación. En un culto amenizado con aplausos ni tienen a Dios en primer lugar ni resulta agradable al Señor.

El versículo que se citará, aunque en su contexto no se refiere a la reverencia en el templo, encontramos una refenrecia en la cual se usa en los templos adventistas.-

"Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra"
Habacuc 2: 20

Si lo que va a decir en un templo dedicado a Dios no está motivado por el respeto y la reverencia a Dios, cállese. Porque el templo no es el lugar adecuado para dar culto a otro que no sea el Dios Altísimo.

Cuando Dios estableció el primer sistema de culto en un templo, dijo a los llamados a participar de aquel culto.-

"MI SANTUARIO TENDRÉIS EN REVERENCIA"
(Lv. 19:30 y 26:2).

San Pablo nos exhorta en Hebreos 12:28, a servir al Señor con "temor y reverencia".

El culto a Dios debe tener carácter sagrado. Debe inspirar respeto y reverencia. Si Dios se dirigiera hoy a algunas iglesias, como se dirigió un día a los israelitas que convocaban asambleas y fiestas solemnes, puede que les dijese: "vuestros cultos y métodos de alabanza me producen el efecto de un vomitivo, no los puedo soportar".

Dicen las Sagradas Escrituras que donde no hay dirección sabia el pueblo perece (Pr. 11:14 y Jue. 17:6).

Los aplausos tienen su lugar en la esfera mundana, pero no en los templos. Los aplausos y la reverencia no ligan. Los aplausos matan la reverencia. Los aplausos causan mucho ruido e induce a halagar a la persona que está al frente, a hacerle silvidos y decirle vulgaridades causando un gran desorden. (Recordemos que donde hay orden está Dios).

La Biblia guarda silencio a favor de los aplausos a la hora de adorar a Dios. No es mencionada en ningún lugar al movimiento rítmico de las manos junto con la música. Debemos evitar mezclar prácticas divergentes de la sociedad y la cultura en nuestra amada iglesia. La mejor manera para demostrar nuestra aceptación, júbilo y alegría es con un fuerte AMEN.

Hecho por: Richard Vargas
facebook.com/RichardVargasOficial