El Reino de Dios: La Enseñanza Central de Jesús
"Muchos vendrán del Este y del Oeste, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios" (Lucas 13:29).
El Reino de Dios es un concepto fundamental en las enseñanzas de Jesús, mencionado repetidamente en los Evangelios. Se encuentra cerca de 50 veces en el Evangelio de Mateo, 16 veces en Marcos, 40 veces en Lucas y tres veces en Juan. Dondequiera que se mencione—ya sea en la oración del Señor, el Sermón del Monte o en las parábolas—el Reino de Dios representa lo que Dios ha hecho por la humanidad a través de la historia, especialmente en su lucha contra el pecado y en la resolución del conflicto cósmico con Satanás.
¿Qué es el Reino de Dios?
El Reino de Dios no es un reino terrenal, ni un sistema político o social. Es, más bien, una manifestación del poder de Dios sobre el pecado y la maldad. Según Ellen G. White:
“El Reino de Dios no viene con apariencia exterior. Viene mediante la suavidad de la inspiración de Su Palabra, por la operación interior de Su Espíritu...” (La Ciencia del Buen Vivir, p. 36).
Este concepto subraya que el Reino de Dios se experimenta en lo interior, transformando el carácter humano hacia la perfección del carácter de Cristo.
El Reino de Dios: Ya Está Presente, pero Aún No Completo
Jesús predicó que el Reino de Dios ya había comenzado con Su llegada, pero su cumplimiento total llegará con la segunda venida de Cristo. En Lucas 4:16-21, Jesús revela que la profecía de Isaías se ha cumplido en Él, inaugurando el Reino de Dios.
En Lucas 17:21, Jesús dice:
“El Reino de Dios está dentro de vosotros” (o “entre vosotros” según otras traducciones). Esto indica que el Reino ya ha llegado en la forma del ministerio de Jesús, que incluye la curación de los enfermos, el perdón de los pecados y la derrota del mal.
Las Características del Reino de Dios
El Reino es Espiritual y Transformador:
El Reino no es un sistema ético o político, sino una realidad espiritual centrada en la acción de Dios en el mundo a través de Jesús. Jesús enseña que debemos orar por su venida:
"Padre, santificado sea Tu nombre; venga Tu reino" (Lucas 11:2).El Reino es para los Humildes:
Jesús enseñó que el Reino de Dios pertenece a los humildes y a los que tienen una fe sencilla como la de los niños. "Dejad que los niños vengan a mí..." (Lucas 18:16). La entrada al Reino no depende de las riquezas ni del estatus social, sino de un corazón dispuesto a seguir a Cristo.El Reino Requiere Prioridad:
Para seguir el Reino de Dios, es necesario priorizar a Jesús por encima de cualquier cosa o persona, como Él mismo lo dijo en Lucas 9:59: “Ven, sígueme”. Esto implica estar dispuestos a dejar todo lo que impide una plena dedicación a Cristo.
La Promesa de la Segunda Venida: El Reino de Dios Completo
El Reino de Dios será finalmente establecido en su plenitud cuando Cristo regrese. Jesús enseñó que, aunque el Reino ya está presente en un sentido espiritual, su manifestación completa será en el futuro:
"Así como el relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del Hombre" (Lucas 17:24).
Esto indica que la segunda venida de Cristo será visible y gloriosa. En este evento, Dios erradicará el mal, restaurará la Tierra y establecerá Su Reino eterno.
El Reino de Dios y la Misión Cristiana
Mientras esperamos la segunda venida de Cristo, los cristianos tienen la responsabilidad de ser testigos del Evangelio. Jesús dijo en Hechos 1:8:
“Seréis mis testigos... hasta los confines de la tierra”. La misión de la Iglesia es proclamar las buenas nuevas del Reino de Dios a todas las naciones, preparándolas para la venida del Rey.
La Esperanza del Reino de Dios
El Reino de Dios es tanto una realidad presente como una promesa futura. En Efesios 1:4-9, Pablo explica que los creyentes ya participan del Reino de la gracia, pero aguardamos la gloria futura cuando Cristo regrese y establezca el Reino en su totalidad.
El Reino de Dios: Un Llamado a la Acción
Vigilia y Oración: Jesús advirtió que el día de Su regreso sorprendería a muchos (Lucas 21:34-36). Por ello, los cristianos deben estar vigilantes, orar y estar preparados para ese gran día.
Testigos Activos: Jesús también nos exhorta a ser testigos activos del Reino, llevando el mensaje del evangelio a todos los rincones del mundo. El Reino de Dios, entonces, no solo es una espera pasiva, sino un compromiso activo con la misión de Cristo.
Conclusión
El Reino de Dios es una de las enseñanzas más centrales de la vida y ministerio de Jesús. Es un reino que ya ha comenzado, pero cuya manifestación completa será con la segunda venida de Cristo. Mientras tanto, los cristianos están llamados a vivir según los principios del Reino, compartiendo el evangelio y esperando con esperanza y preparación el regreso de su Rey.
Citas relevantes:
- Ellen G. White: “El Reino del Mesías se distingue por la imagen del Hijo del Hombre. Sus súbditos son los humildes de espíritu…” (El Mayor Discurso de Cristo, p. 8).
- Ellen G. White: “Estamos ahora en la oficina de Dios... Es aquí donde nuestro cuerpo y espíritu deben ser habilitados para la inmortalidad” (Testimonios Para la Iglesia, v. 2, p. 355, 356).